**Adolf Hitler obsequia a Hermann Goering "der Falkner" (El Halconero), una pintura del siglo 19, realizada por el pintor académico
austriaco Hans Makart (1840-1884). Hitler compró la pintura legítimamente al marchante de arte Karl Haberstock. Ahora está
en la Neue Pinakothek de Múnich.
La policía bávara ha localizado un escondrijo en
Munich con una impresionante colección de aproximadamente 1.500 piezas
atribuidas a maestros como Picasso, Matisse, Chagall o Klee, que habrían sido
atesoradas tras la época del Tercer Reich por Cornelius Gurlitt, de 80 años,
hijo del conocido marchante Hildebrand Gurlitt.
La noticia se produce apenas una semana después del
anuncio de la asociación de museos holandeses, que identificó hasta 139 obras
expoliadas en la época de los nazis, lo que devuelve al primer plano la
insuficiente categorización e identificación del expolio producido durante el
periodo de 1933-1945 durante el cual Adolf Hitler impuso el régimen nazi en
Alemania.
Cornelius habría guardado las obras de arte en su
apartamento durante más de 50 años según ha informado la prensa alemana. Su
valor podría ascender a más de mil millones de euros. Gurlitt fue investigado a
partir de 2010, pero no por la posesión de las obras sino por ser sospechoso de
evasión fiscal, debido a los numeroros viajes que hacía en tren de Múnich a
Suiza llevando importantes sumas de dinero. Las sospechas sobre la posible
evasión de capitales de Gurlitt llevaron a los agentes a buscar en su
apartamento.
La impresionante colección que encontraron proviene
del expolio de obras perpetrado por los nazis antes de la Segunda Guerra
Mundial. En concreto, del arte que consideraron como degenerado y que habría
sido confiscado o robado directamente a diferentes coleccionistas judíos.
* El marchante nazi Hildebrandt Gurlitt
(1895-1956)
De hecho, es conocido que Adolf Hitler aborrecía el arte de las
vanguardias, todas las obras que no tuvieron un trasfondo clásico, lo que le
llevó a perseguir lo que el partido nazi denominó “arte degenerado”. Uno de los
brazos ejecutores de su plan fue precisamente Hildebrandt Gurlitt, padre de
Cornelius.
Hildebrandt fue reclutado por el mismo Joseph
Goebbels, ministro de Propaganda, como uno de los miembors de la Comisisón para
la Explotación del Arte Degenerado, en compañía de Karl Buchholz, Ferdinand
Möller y Bernahrd Boehmer.
El objetivo de Goebbels era vender las obras
confiscadas en el exterior para obtener divisas, aunque la comisión no cumplió
sus órdenes a pies juntillas, ya que no reportó con minuciosidad todas las
transacciones, lo que explicaría la colección que atesoró Hildebrandt.
Así, aunque el halllazgo se habría producido en
realidad en 2011, cuando la policía de Munich encontró el botín en el
apartamento, ha sido ahora cuando se ha hecho público. Desde entonces los
cuadros se han depositado en un almacén en las afueras de Múnich mientras se
localiza a los herederos de los propietarios originales.
Muchas de las obras encontradas han sido atribuidas a
Chagall, Emil Nolde, Franz Marc, Max Beckann, Oskar Kokoscha, Paul Klee o Max
Liebermann y de ellas al menos 300 han sido categorizadas como obras que fueron
consideradas “degeneradas” por los nazis y por lo tanto confiscadas.
Otras se sospecha que fueron adquiridas por el padre
de Cornelius, Hildebrand Gurlitt, aprovechando la caída de su valor tras el
ascenso al poder de los nazis en 1933 y aprovechando la creciente necesidad de
la comunidad judía. Cornelius habría conservado las obras a la muerte de su
padre, aunque habría vendido algunas, como por ejemplo un trabajo de Max
Beckmann vendido por un precio de más de
un millón de euros en la casa de subastas Lempertz en Colonia.
Meike Hoffman, la historiadora del arte encargada de
identificar a los propietarios originales, ha confirmado a la prensa alemana
que aún existen un número considerable de obras de las que se perdieron la
pista precisamente en el periodo nazi.
*Aventura de la Historia
**Archivo del autor.