La Primera Guerra Mundial (1914-1918) ocupa un lugar
muy destacado en la historia de la aeronáutica. No solo porque fue la
plasmación plena de la aviación militar y de la guerra aérea, sino también
porque fue el obligado, pero grandioso, estimulo de la técnica aeronáutica, que
permitió en los años de la postguerra la definitiva conquista del aire.
Al estallar el conflicto los aviones eran de tipo
primitivo, sin especialización alguna y de muy limitadas posibilidades. Sus
comunes características eran: ausencia de armamento, escasa maniobrabilidad y
solidez, 100 a 120 kms por hora de velocidad máxima, 2800 metros de techo
máximo de vuelo y una pobre capacidad ascensional de unos 100 metros en poco
más de un minuto. En cambio en 1918 cualquier avión de caza (ya existía la
especialidad en los diversos tipos de avión) tenia una velocidad de crucero del
orden de los 220 kms por hora, una autonomía de 2 horas, 5000 metros de techo
de vuelo y una capacidad ascensional de alrededor de 500 metros por minuto.
Por otro lado la aviación la aviación militar, apenas
existente en 1914, en 1918 alcanzo ya una vigorosa personalidad propia, con una
clara división en sus distintas modalidades de empleo, con una organización
basada en la existencia de grandes unidades aéreas y con una precisa
formulación de los puntos básicos del arte militar aéreo.
Al iniciarse la guerra la situación aérea entre los
principales países beligerantes, así como la evolución sufrida, eran las que se
exponen a continuación:
Alemania: disponía al principio de unos 260 aviones y
de 38 dirigibles. Los primeros eran de tipos Taube, Albatros y Aviatik entre
otros. Estaban integrados en Feldfliegerabteilungen (grupos de 6 aparatos) que estaban a disposición de los ejércitos y
cuerpos de ejércitos. Esta elemental fuerza aérea dependía técnicamente de la
Inspección Superior de Aeronautica y Automovilismo, y esta a su vez, de la Inspección de Tropas de Comunicaciones.
Sin embargo la experiencia y la fuerza de los
acontecimientos determino que en el año 1915 la aviación adquiriera carácter
autónomo, creándose la Luftstreikräfte (Fuerza Aérea) al mando del general
Ernst von Hoeppner (1860-1922).
A principios de 1917 se llego a la verdadera
especialización del material y de las unidades aéreas y así, a principios de
1918, Alemania tenia 77 escuadrones de caza (Jagstaffeln), 7 grupos de
bombardeo pesado (Bombengeschwader), 30 escuadrones de apoyo terrestre y 54
Fliegerabteilungen de reconocimiento y fotografía.
*General de caballería Ernst Wilhelm von Hoeppner (1860-1922),
sirvió como comandante de la Luftstreitkräfte (servicio aéreo alemán) durante
la guerra.
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El último año de la guerra, Alemania tenía unos 2600
aviones en servicio, su personal de vuelo se estimaba en alrededor de los 4500,
una producción media mensual de 1580 aparatos (comparada a 370 en 1914) y había
fabricado durante toda la guerra un total de 48537 aviones.
Las bajas fueron estimadas en unos 8.604 tripulantes
muertos, desaparecidos o prisioneros, 7.302 heridos. Alrededor de 3.126
aviones, 546 globos y 26 dirigibles. Unos 5.425 aviones y 614 globos se estimaron destruidos al enemigo
Francia: A pesar de que este país había sido en Europa
la cuna y la adelantada de la aviación, al estallar la guerra, su aviación
militar era poco menos que inexistente, disponiendo solo de 158 aviones (24
escuadrillas) a los que se sumaron otros 63 procedentes de Inglaterra. En
aquella primera época, la aviación militar estaba al mando del general Auguste
Hirschauer (1857-1943) de la Dirección
General de Aeronautica, que englobaba a la aviación y a la aerostación. Aunque
el mando técnico estaba desempeñado por aviadores, el empleo táctico
correspondía al cuartel general del ejército.
Al principio de la guerra existió una gran multiplicidad de tipos de
aviones, 14 en total, entre los cuales habían los Blériot, Farman, Niuport, Morane-Saunier,
etc. Posteriormente se unifico bastante
el material aéreo empleado y se redujeron los tipos en fabricación.
Con el paso del tiempo, la aviación francesa mejoro
extraordinariamente, tanto en el número como en la calidad de pilotos y
aviones. En 1916 disponía de 1418 aviones, en mayo de 1918 nacía la 1° división
aérea, gran unidad que reunía unos 600 aviones de caza y bombardeo y que
actuando con plena autonomía, consiguió en solo 5 meses derribar 637 aviones y
125 globos, habiendo lanzado 1360 toneladas de bombas.
Al terminar la guerra, Francia tenia alrededor de 3600
aparatos disponibles y su producción media mensual era de 2912 aviones (contra
54 en 1914) y había formado 16824 pilotos. Su total de bajas entre el personal
de vuelo ascendía a 7775 y había fabricado un total de 51040 aviones (67892
según otras fuentes).
Inglaterra: Al estallar la conflagración disponía de
unos 270 aviones, los cuales estaban organizados en escuadrones compuestos de
12 aparatos por unidad. Los tipos mas usados (además de otros de origen
francés) eran los BE 2, BE 2C Avro 504, Sopwith Tabloid, Bristol Scout, etc.
La calidad y el espíritu de los pilotos británicos
fueron siempre inmejorables, corriendo parejas con la excelencia de su
organización. En este último aspecto, fue probablemente el país más avanzado,
concediendo siempre una amplia autonomía a las fuerzas aéreas e imprimiéndoles
un marcado carácter ofensivo que incluía la idea, entonces incomprensible, del
bombardeo estratégico.
En 1917 se formo la primera gran unidad (la primera
brigada aérea) que al año siguiente contaba con la ayuda de otras 7. El 1 de
abril de 1918 la aviación inglesa adquiría plena independencia al fusionarse el
Royal Flying Corps y el Royal Naval Air Service, formando entre ambos la Royal
Air Force, mas conocida de ese momento en adelante por sus siglas RAF.
Cuando termino el conflicto, la RAF tenía en Francia
1799 aviones (además de otros 450 en la metrópoli y las colonias) de ellos 747
cazas. Había formado a 27333 pilotos, su producción total había alcanzado los
47873 aparatos y la media de producción
en 1918 era de 3500 aviones (contra 53 en 1914).
Estados Unidos: Aunque este país no entro en la guerra
hasta el mes de abril de 1917, su preparación militar para la misma era ya
bastante intensa desde hacia algún tiempo. Sin embargo no había ocurrido lo
mismo respecto a la aviación, aspecto que había sido notoriamente descuidado,
hasta el punto que en el momento en que se sumo al conflicto y cuando los demás
países beligerantes contaban sus aviones por miles, las fuerzas aéreas
estadounidenses, con solo 250 aviones, ocupaban el 14° lugar en la tabla de las
principales aviaciones del mundo. En aquel momento podían alinear 83 pilotos,
109 aviones (el resto no siendo aptos para el combate) 1 dirigible y 3 globos.
Ya en guerra, los estadounidenses siempre actuaron
usando material aliado (un total de 5000 aviones) aunque si bien llegaron a
fabricar unos 4800 aparatos, tipo De Havilland británicos. Al concluir la
guerra, contaban en Europa con 740 aviones, 800 pilotos y 500 observadores. Su
balance total, incluyendo las cifras correspondientes a la escuadrilla
Lafayette, formada por pilotos voluntarios, fue de 781 victorias y 289
perdidas.
Otros Países: Al entrar en la guerra, Italia tenia
unos 80 aviones, Austria 36 y Bélgica 30. En otoño de 1918, Italia disponía ya
de 1758 aparatos, había formado 5100 pilotos, 500 observadores y 1000
ametralladores, había fabricado un total de 12000 aviones y alcanzado 763
victorias aéreas al precio de 1600 bajas propias entre el personal volante. Por
su parte Bélgica termino la guerra con 127 aviones y Austria, que fabrico 5431
con unos 290.
A
CONTINUACIÓN UNAS BREVES NOTAS DE LA EVOLUCIÓN BÉLICA DE LA AVIACIÓN EN LA GRAN
GUERRA:
Generalidades: a lo largo de toda la guerra, los más importantes
acontecimientos aéreos, tanto en el aspecto cuantitativo como cualitativo, se
desarrollaron en el frente occidental, en el que alemanes por un lado y
franceses e ingleses por otro, se enfrentaban en durísima pugna. En grado mucho
menor, existió también actividad aérea en el frente ruso-alemán, el
ítalo-austriaco, además en Grecia y Turquía.
Hasta principios de 1915, la aviación, sin base
doctrinal, autonomía de empleo y especialización de misiones, fue algo
totalmente rudimentario, que no paso de la categoría de servicio auxiliar del
mando terrestre, a efectos exclusivos de reconocimiento, campo en el que
incluso tuvieron que luchar mucho para aventajar a la caballería tradicional.
Destacan los brillantes servicios de la aviación alemana en el despliegue
inicial y en la batalla de Tannenberg (1914) así como la de la aviación
francesa en la primera batalla del Marne (1914), todos ellos referidos a la
mencionada misión de reconocimiento.
En 1915 aparecieron, como se vera mas adelante, los
núcleos elementales de lo que en lo sucesivo seria la aviación de caza y
bombardeo. Pero los logros mas importantes de ese año fueron la ya aceptada
capacidad de la aviación para el reconocimiento táctico del campo de batalla, y
el acertado empleo de la fotografía aérea y del enlace aire-tierra por
telegrafía sin hilos.
En 1916 y gracias al autentico forjador que para la
aviación fue la batalla de Verdún, es cuando el arma aérea comienza a adquirir
su verdadera dimensión. Se llega a la plena especialización de misiones,
doctrinal y técnicamente, aparecen los primeros grupos específicos de aviación
naval, las de caza y bombardeo perfilan su propia personalidad y el
reconocimiento alcanza un nivel matemático al poderse obtener fotografías
aéreas del campo de batalla a escalas 1/10000, 1/5000 y 1/2000. Se demuestra ya
la irreversible necesidad de tener una potente industria aeronáutica capaz de
atender las crecientes exigencias cuantitativas y cualitativas de la guerra
aérea.
En el mes de febrero Alemania alinea, solo para la
batalla de Verdún a 5 escuadrones de caza (40 aviones) 4 grupos de bombardeo
(130 aviones) y 12 escuadrones de reconocimiento (100 aviones), en tanto que
Francia lanza a la misma batalla 6 escuadrillas de caza (48 aviones) y 20
escuadrillas de reconocimiento y bombardeo (160 aviones).
En 1917 fue cuando por primera vez apareció el
concepto de masa aérea, no solo en el aspecto simplemente numérico (Francia
dispone de unos 2000 aviones e Inglaterra 550 en el frente) sino por la
creación de las primeras grandes
unidades aéreas. Alemania por ejemplo crea la primera ala de caza
(Jadgdgeschwader) integrando cuatro escuadras de caza en una unidad superior,
en tanto que Inglaterra crea la primera brigada aérea. También ese año se
caracteriza por la aparición, todavía rudimentaria, de la cooperación
aeroterrestre del bombardeo nocturno de tipo regular y de la caza nocturna.
Por ultimo en 1918, fue el año donde indiscutiblemente
se consagro la aviación como arma independiente, tanto en lo doctrinal como lo
táctico. En el campo de las especialidades aparece la caza de grandes
altitudes, el esbozo del futuro bombardeo estratégico y la afirmación rotunda
de la cooperación aeroterrestre, de la cual no solo no se atreven a prescindir
las grandes unidades terrestres, sino que la exigen como factor importantísimo
para el logro del éxito en sus operaciones.
Consecuencia directa de este rapidísimo crecimiento de
la aviación, fue la esplendorosa potenciación de la industria aeronáutica para
hacer frente a la demanda de cantidad y calidad. Esta ultima, ya desde entonces
premisa esencial de la guerra aérea, se puso de manifiesto enseguida como
consecuencia de la carrera competitiva, oponiendo sucesivamente mejores aviones
en ambos bandos.
En efecto las grandes crisis sufridas en uno u otro
periodo por las aviaciones combatientes se debieron precisamente a la aparición
en el bando enemigo de material aéreo de mejor calidad, crisis que no cesaba
hasta que esta superioridad del enemigo no era compensada o superada por la
fabricación de un tipo propio, técnicamente mas adelantado. Así por ejemplo, la
indudable superioridad alemana en 1915 fue debida a la actuación de su superior
Fokker E 1 y solo se atenuó, hasta desaparecer cuando en 1916 aparecieron el FE
2b y el DH 2 británicos y el Nieuport 17 francés. Nuevamente a finales de 1916,
la introducción de los nuevos aviones alemanes Halberstadt D II y Albatros D I
volvió a desnivelar la lucha hasta que un año después, la presencia del Spad
francés y del Bristol F2B británico la equilibraron nuevamente.
En el verano de 1917 la pugna prosiguió con los nuevos
modelos SE5 y Sopwith Camel británicos y los Pfalz D III y Fokker Dr I
alemanes, este ultimo el famoso triplano preferido por el as alemán Manfred
Albrecht Freiherr von Richthofen (1892-1918). La carrera técnica continúo en
1918, si bien la pugna se desnivelo a favor de los aliados a causa de la
superioridad numérica y de la asfixiante escasez de gasolina que padeció la
aviación alemana, con el enfrentamiento del DH 4 británico y la ultima versión
del Spad 13 francés, con los poderosos Fokker DVIII y Fokker DVIII alemanes.
AVIACIÓN DE CAZA.
La Primera Guerra Mundial constituye, probablemente,
el ejemplo mas típico de lo que siempre el gran publico ha entendido por
aviación de caza: el combate aéreo entre aviones enemigos, con la escalada
hacia la fama de aquellos pilotos que van acumulando mayor número de derribos
aéreos. El conflicto de 1914-1918 fue prodigo en estos vuelos aéreos y fértil
también en cuanto a grandes ases, inscribiendo sus nombres en la historia, y
que merecieron gloria y honores en su patria, respeto del enemigo y admiración
en todos los ámbitos.
Más que en ninguna otra guerra, esta faceta de la
lucha aérea tuvo en esta conflagración un carácter singularmente caballeresco
que, desgraciadamente, se perdió casi por completo en épocas posteriores. Los
pilotos caídos eran enterrados por el enemigo con los máximos honores, se
expresaba el sentimiento que se sentía por el as enemigo que desaparecía para
siempre y en mas de una ocasión se perdonaba la vida interrumpiendo el combate,
al aviador enemigo que en pleno duelo aéreo experimentaba dificultades de tipo
técnico (ametralladoras encasquilladas, etc.) al margen de la lucha en si.
La aviación de caza no existió como tal sino hasta
bien entrado el año 1915. Durante las primeras semanas de guerra los aviones,
dedicados exclusivamente al reconocimiento, iban totalmente desarmados, después
solo llevaron como armamento (hasta la citada época de 1915) una pistola
personal portada por el piloto o el observador. Así pues los primeros
encuentros tuvieron un carácter accidental y mutuamente defensivo, en los que
el derribo era una tarea que dependía, mas de la habilidad de los tripulantes,
de unos disparos efectuados poco menos que al azar.
Parece ser que el primer combate en el que se
intercambiaron disparos tuvo lugar el 1 de septiembre de 1914, si bien ninguno
de los dos aviones resulto alcanzado por el fuego de los mismos. El 26 de
agosto de 1914, en el frente oriental, el teniente ruso Piotr Nésterov
(1887-1914) embistió voluntariamente con su avión al del teniente austriaco Friedrich
von Rosenthal, resultando ambos aviones derribados y todos los tripulantes
muertos (este fue el primer caso del uso del “Taran” o ariete en ruso, una
táctica de combate muy extendida en ese país y luego en la Unión Soviética,
consistente en embestir el avión enemigo con el avión propio). Pero desde el
punto de vista histórico esta acción no puede ser considerada como la primera
victoria aérea.
Esta corresponde al sargento francés Frantz y al
mecánico de la misma nacionalidad Quenault, que el 5 de octubre de 1914 y a
bordo de un Voisin, derribaron al Aviatik alemán que era tripulado por el
teniente von Zangen (observador) y el sargento Schlichting (piloto). Aunque a
partir de ese momento los derribos menudearon (a fines de noviembre los
ingleses habían derribado 4 aviones y los franceses otros mas) el avión de caza
no nació hasta abril de 1915, cuando el piloto francés Roland Garros
(1888-1918), celebre por sus vuelos pre guerra mundial, instalo en su avión un
mecanismo muy primitivo, inventado por su ingeniero Gilbert mediante el cual la
cadencia de fuego estaba mas o menos ajustada al ritmo de giro de la hélice,
reforzada esta con gruesas planchas metálicas deflectoras. Garros pronto tuvo
que tomar tierra por averías en la zona alemana, y ahí el nuevo sistema fue
examinado por el ingeniero holandés Fokker, al servicio alemán. Apenas unas
semanas después, este presentaba otro mecanismo, basado en el francés, pero
extraordinariamente mejorado, que resolvía totalmente los problemas de
sincronización de tiro a través de la hélice.
Montado el nuevo sistema en el Fokker E I apareció ya
el autentico avión de caza, mediante el cual los alemanes obtuvieron una rápida
y marcada supremacía.
El 31 de agosto y cuando ya había obtenido 6 victorias
aéreas, murió en combate el francés Adolphe Célestin Pégoud (1889-1915) uno de
los grandes adelantados de la aviación de pre guerra y creador con el ruso
Nesterov, caído un año antes, de la acrobacia aérea.
Pero la aviación de caza propiamente dicha, con
especialización de misiones y con la instrucción de los pilotos para el
desempeño de un cometido especifico, nació a raíz de la gran batalla de Verdún,
iniciada en febrero de 1916. En esta prolongada acción, en las que la aviación
de ambos bandos fue empleada a fondo, se transformo el combate aéreo, antes
puramente individual y ocasional, en algo perfectamente definido y con la
intervención de autenticas y numerosas escuadrillas de combate. En el lado
francés el organizador fue el mayor Rose y por el lado alemán el capitán y gran
as alemán Oswald Boelcke (1891-1916).
En números redondos las victorias aéreas obtenidas en
la Gran Guerra por las distintas aviaciones beligerantes fueron las siguientes:
Alemania 6300, Austria 430, USA 781, Francia 2500, Inglaterra 6800, Italia 763
y Rusia 152. Estas cifras no
corresponden ni mucho menos a las perdidas sufridas por el bando enemigo, ya
que en todos los casos, las perdidas fueron mucho mayores como consecuencia de
accidentes, desapariciones, etc.
*Un bombardero Voisin tipo 8 es
derribado por un caza alemán Fokker.
Los pilotos que obtuvieron individualmente el mayor
número de victorias fueron (las cifras varian de acuerdo a la fuente en referencia a las victorias obtenidas por Inglaterra):
Esta tuvo un desarrollo menos espectacular que la de
caza, aunque no por ello menos positivo. Por parte alemana, ya a fines de 1914,
se habían organizado 3 grupos de bombardeo (de 6 escuadrones cada una).
Inglaterra siempre presto gran atención a la fuerza de bombardeo, actuando
dentro de este campo casi desde el comienzo de la guerra. Francia quedo un poco
más retrasada al respecto, si bien en 1915 y principalmente en 1916 dispuso ya
de unidades especializadas.
*Secuencia que muestra un bombardero pesado Gotha G.IV de
la KG3 volando sobre Inglaterra.
Los primeros bombardeos, tan esporádicos como
elementales, fueron al parecer efectuados por un avión alemán que el 29 de
agosto de 1914 lanzo dos bombas sobre Paris, ciudad que de la misma forma,
volvió a ser atacada el 31 de agosto y el 1 de septiembre del mismo año. Los ingleses replicaron en noviembre del mismo
año mediante el bombardeo que 3 aviones Avro 504 realizaron contra la base de
zepelines de Friedrichshafen. La aviación francesa empleo las llamadas “flechas
Ader” que eran agujas de acero de 30 cms
de longitud, de las cuales no menos de 50000 fueron arrojadas en 1914, aunque
por su manifiesta ineficacia pronto fueron sustituidas por bombas.
En mayo de 1915 se creo la primera unidad francesa de
bombardeo, el grupo GB1 (3 escuadrillas de aviones Voisin) que ya el 17 de ese mes ataco las fabricas de
la industria química de Ludwigshafen, perdiéndose 1 de los 18 aviones atacantes.
A partir de esa época se metodizo el bombardeo (los alemanes bombardearon en la
ciudad de Dunkerque en enero de ese año con un vuelo nocturno y en formación
cerrada) y así el 13 de junio de 1915 23 aviones franceses bombardearon
Karlsruhe, en tanto que el 15 de agosto 62 aviones atacaron las factorías
siderúrgicas de Dillingen, mientras que
en octubre los ingleses bombardearon varias localidades alemanas del Ruhr
perdiendo en una de las incursiones a 18 de los 31 aviones atacantes.
En febrero de 1916 durante la ya mencionada batalla de
Verdún, la aviación de bombardeo alemana actuó muy intensamente sobre el campo de batalla, siendo en cambio
poco activa la francesa. Los ingleses se mostraban ya en esta época
extraordinariamente dinámicos, atacando preferentemente las grandes fabricas alemanas,
especialmente las situadas en la región industrial del Ruhr, misión en la que
insistirían por el resto de la guerra.
Aunque desde 1915 los alemanes habían ya atacado
Inglaterra mediante incursiones de zepelines, no fue hasta 1916 cuando un avión
bombardeo Londres por primera vez, el 28 de noviembre, siendo sus protagonistas
los tenientes Brandt e Ilges, los cuales abordo de un biplano de
reconocimiento, lanzaron algunas pequeñas bombas sobre la estación Victoria.
En el orden anecdótico cabe destacar el vuelo del
teniente francés Marchal quien el 20 de junio de 1916, partiendo en solitario
de Nancy, atravesó toda Alemania para arrojar unos panfletos sobre Berlín y
poco antes de aterrizar en territorio amigo de Rusia fue hecho prisionero al
tener que tomar tierra por avería en el frente polaco. Su vuelo fue muy
meritorio, puesto que recorrió 1370 kms, cifra muy significativa si se tiene en
cuenta que el último record de distancia en 1914, era de 1021 kms. Otra hazaña
histórica fue la del teniente ingles Morrish quien el 20 de mayo de 1917 hundió
al submarino alemán U 36, consiguiendo la primera victoria de la historia en la
lucha del avión contra el submarino.
En mayo de 1917 los alemanes disponían ya de los
potentes aviones de bombardeo Gotha G IV y Gotha G V, y desde el año anterior
poseían el Gotha G II bimotor de 260 CV capaz de transportar de 600 a 1000 kg
de bombas a una distancia de 550 a 1200 kms. Estos iniciaron una gran ofensiva
aérea contra Inglaterra, y en menor grado contra Paris, empleando en la misión
7 alas de bombardeo, una de ellas la famosa “England Geschwader.”
El 25 de mayo tuvo lugar la primera gran incursión a
cargo de 27 bombarderos, que atacaron diversos puntos del sudeste de
Inglaterra, y aunque fueron interceptados por 37 cazas británicos lograron
regresar a sus bases con la sola perdida de un aparato. Estas incursiones
contra Inglaterra se repitieron y el 13 de junio la efectuaron 14 Gotha, que
lanzaron 118 bombas, el primer bombardeo en masa de Londres por aviones. El
gobierno ingles, alarmado por la creciente importancia de los ataques aéreos
contra su capital, en los que también participaban los dirigibles, se vio
obligado a retirar de Francia varios
escuadrones de caza para reforzar su defensa metropolitana.
Las incursiones de aviones alemanes sobre Londres se
sucedieron en un total de 21, hasta casi el final de la guerra. La última de
ellas tuvo lugar en la noche del 19 al 20 de mayo de 1918, de los 43 aviones
atacantes 6 fueron derribados.
En cifras totales, los aviones alemanes realizaron 52
incursiones contra Inglaterra causando 857 muertos y 2038 heridos.
Por su parte, en el último año de la guerra los
ingleses dispusieron del avión pesado Handley Page O/400 de gran radio de
acción, que en su primera versión apareció en 1917. El ultimo gran bombardero
alemán Siemens-Schuckert R VIII de 6 motores de 300 CV y que tenia una
autonomía de 8 horas en vuelo, pero que solo se construyo un prototipo que no
llego a volar ya que se averió durante las pruebas al finalizar la guerra.
EL GLOBO Y EL DIRIGIBLE.
El globo fue muy empleado en la Gran Guerra, si bien
durante la misma se confirmo su decadencia y desaparición, salvo en su empleo
como globos de barrera antiaérea. Ambos bandos lo usaron profusamente, en
especial en su versión de anclaje fijo a efectos de dirección y corrección del
tiro de artillería. Sin embargo la aparición del avión caza, muchos de cuyos
pilotos de especializaron en el derribo de los indefensos globos, convirtió al
globo en una presa fácil, lo que termino por hacer desistir de su empleo.
*Zepelines L
13, L 12, y L 10 en misión de bombardeo sobre Inglaterra la noche del 9 al 10 de agosto de
1915. La foto claramente fue tomada desde un cuarto zepelín.
El dirigible, especialmente por parte alemana, tuvo
una intervención muy activa en la guerra, si bien durante la misma se demostró
irrefutablemente su tremenda vulnerabilidad. El alto grado de esta y los
escasos resultados alcanzados determinaron unos meses antes del fin de la
guerra, que el alto mando alemán desistiera por completo de su empleo, cuando
menos en el aspecto ofensivo.
Mientras que Alemania oriento desde el principio el
empleo de su flota de dirigibles (llamados popularmente zepelines) hacia la
modalidad ofensiva, en la versión de “bombardeo lejano”, Francia e Inglaterra
decidieron asignar a las suyas misiones estrictamente defensivas, tal como la
vigilancia costera, la protección de convoyes marítimo y la reacción antisubmarina.
A partir del otoño de 1914, la flota de dirigibles
alemanes (la más potente del mundo con sus aeronaves de 18000 y 25000 metros
cúbicos) alternaba ya sus habituales reconocimientos lejanos con bombardeos
contra Amberes y Ostende. En 1915 la acción se incremento y el 19 de enero 3
dirigibles atacaron algunos puntos del
sudeste de Inglaterra y en mayo agudizaron este tipo de ataques como
consecuencia de haber sido adelantadas las bases de los dirigibles a la costa
belga. El 7 de junio el teniente británico Warneford abatía el primer dirigible
LZ 37, sobre el cielo de Brujas, con el insólito procedimiento de arrojarle
bombas de su avión.
*Fotografía
en vuelo del dirigible alemán L 48 (LZ 95) en 1917. Este zepelín realizo varios raids sobre Suffolk hasta que fue
derribado el 16 de junio de 1917 pereciendo con el 16 miembros de su tripulación y dejando 3 sobrevivientes, rarisima ocurrencia dentro del servicio en los dirigibles donde por lo general toda la tripulacion moria en la caida.
En contrapartida el dinámico capitán Heinrich Mathy
(1883-1916), con su L 31, en la noche del 8 al 9 de septiembre de 1915
bombardeo Londres por primera vez, agresión que a cargo de otros 3 dirigibles,
se repetiría en el siguen mes de octubre. Al finalizar 1915 Inglaterra había ya
sufrido 20 incursiones de los dirigibles alemanes.
1916 comenzó con una incursión de 8 dirigibles contra
Inglaterra, de los cuales uno fue derribado. Pero no fue hasta la noche del 2
al 3 de septiembre del mismo año cuando
la defensa inglesa consiguió derribar un dirigible sobre su territorio (todos
los demás lo habían sido sobre el mar o sobre territorio belga o francés) y el
autor de la hazaña fue el teniente Leefe-Robinson y la victima el SL 11. El 23
de septiembre son derribados otros dos dirigibles de una formación de 11 y en
la noche del 1 al 2 de octubre muere el capitán Mathy al ser derribado su
dirigible L 31. Las crecientes perdidas alemanas determinaron al mando germano
a imponer una pausa en las operaciones, al menos mientras no entraran en
servicio los dirigibles gigantes de 55000 metros cúbicos.
Estos nuevos zepelines entraron en acción en marzo de
1917, continuándola intensamente durante mayo y junio. En la noche del 19 al 20 de octubre tuvo lugar
la ultima incursión del año, perdiéndose en la misma, por obra de la defensa y
de un fuerte temporal, 4 de las 11 aeronaves atacantes. Durante 1918 solo
fueron efectuadas 4 incursiones, siendo definitivamente prohibidas por orden
expresa del emperador alemán, a raíz del derribo el 5 de agosto del dirigible L
70, catástrofe en la que pereció el coronel Peter Strasser (1876-1918), competentísimo
creador, organizador y jefe de la flota alemana de dirigibles.
En cifras totales, los dirigibles alemanes en su
ofensiva contra Inglaterra efectuaron 51 incursiones y lanzaron 196 toneladas
de bombas, que causaron 1900 bajas, habiendo perdido 77 dirigibles en el
conjunto de todas las operaciones.
En otro orden de ideas, cabe destacar el notabilísimo vuelo
del dirigible L 59, de 68500 metros cúbicos, que partió de Jamboli (Bulgaria) con
la misión de socorrer a las fuerzas germanas en África Oriental. Cuando se
hallaba sobre Kenia recibió la orden de regreso, haciéndolo sin novedad después
de haber volado 7000 kms en 96 horas.
CONCLUSIONES GENERALES.
La Primera Guerra Mundial supuso la plena consagración
del aeroplano como arma de guerra. La aviación militar, que empezó siendo un
simple y poco prestigiado elemento auxiliar de los dispositivos de observación,
acabo no solo teniendo una personalidad propia, sino también una estricta
especialidad derivada de sus modalidades de empleo.
Los pasos más importantes de esta evolución, una evolución
que modifico los principios tradicionales del arte de la guerra, fueron los siguientes:
1914: la aviación es un mero servicio auxiliar del
mando, a efectos del reconocimiento, aspecto en el que poco a poco consigue
aventajar a la caballería clásica.
1915: reconocimiento táctico del campo de batalla,
empleo de la fotografía aérea y del enlace por telégrafo sin hilos. Aparición en
grado rudimentario de la aviación de bombardeo y aparición como rama
especializada de la aviación de caza.
1916: especialización total de la aviación y organización
efectiva de la aviación de bombardeo. Aparición de núcleos ya bien organizados
de aviación naval y empleo de aviones en una primitiva y temprana colaboración con
carros de combate.
1917: primeros conatos de cooperación aeroterrestre y
lucha de grandes unidades aéreas entre si. Aparición de la caza nocturna.
1918: caza de grandes altitudes, bombardeo estratégico
y plena afirmación de la cooperación aeroterrestre. Consecuencia directa de
esta creciente importancia de la aviación, fue la ineludible adaptación de la
industria aeronáutica a la progresiva
demanda militar, traducida en una cada vez más intensa carrera industrial,
tanto en el aspecto cuantitativo como cualitativo. También fue claro índice de
este auge de la aviación militar las cuantiosas perdidas humanas sufridas por
las fuerzas aéreas de ambos bandos, estimadas en un total de 40000 muertos, además
de otras elevadas cifras correspondientes a heridos, desaparecidos y
prisioneros.
*Archivo del
autor.