La década de los setenta sirvió a la izquierda para crear y desarrollar los
primeros grupos armados, que aunque con acciones y esfuerzos aislados de reñida
competencia, median sus potencialidades y arrastre revolucionario y se
demostraban a si mismos la factibilidad de implementar la lucha armada
tendiente a alcanzar el poder político nacional. Cada organización creció
cualitativa y cuantitativamente, logrando establecer sus diferentes frentes políticos,
militar y de masas, que además de proveer de militantes, presionaba por cambios
políticos y socio-económicos. Sin embargo, la disparidad ideológica convirtió este
periodo en una época de continuos desaciertos y pugnas intergrupales, que no
les permitían conducir la lucha hacia una insurrección victoriosa.
Separadas las organizaciones, también
se imposibilitaba la planificación y coordinación de las acciones armadas de
forma acertada, que condujesen al poder. Aunque cada grupo tuviese propios
planes subversivos, obviamente, solo la unión de fuerzas permitiría aminorar
las pugnas hegemónicas y alcanzar el objetivo común. De ahí que algunas
organizaciones se encaminaran a la conformación de una coordinadora política militar
(CPM) que se fundo el 17 de diciembre de 1979. En esta alianza tripartita
participaron la Resistencia Nacional (RN), el Partido Comunista Salvadoreño
(PCS), y las Fuerzas Populares de Liberación (FPL).
Alardeando de poseer una iniciativa
enteramente localista, el Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP) no quiso
unirse por considerar a la CPM bajo influencia extranjera o mejor dicho,
cubana. Pero según los “apuntes sobre la historia de la RN-Farn”, las demás facciones
no la incluyeron por divergencias en la concepción militar y de masas, y porque
desaprobaban el ajusticiamiento que el ERP hiciera del poeta Roque Dalton, del
que exigían una aclaración publica. Por otra parte, Cuba consideraba que las
tres organizaciones antes mencionadas eran las más consecuentes con sus
intereses, no así el ERP, que se había proclamado anticubano.
Pero la CPM era una alianza de
cuadros político-militares, incapaz de encaminarse, por si sola, hacia la toma
del poder, por lo tanto, era necesario crear otro tipo de unión con carácter puramente
militar, con mayor cohesión y uniformidad. Las FPL constituían un factor clave
para ese propósito por su gran número de adeptos, pero, se oponían a una integración,
especialmente por las divergencias hegemónicas con el ERP, un grupo de semi
burgueses. El 9 de enero de 1980, Cuba, o menor dicho Fidel Castro, tuvo que
intervenir y presionar a Salvador Cayetano Carpio (comandante Marcial) de las
FPL para que aceptara la unificación. Era una cuestión de conveniencia, en
vista que el dinero proveniente de los secuestros se tornaba insuficiente para
cubrir las necesidades de las acciones insurgentes.
Marcial continuaba reacio y
conservaba, además, una fuerte y prolongada rivalidad de casi 20 años con
Shafick Handal, fundamentada en la hegemonía y dirección del PCS, la organización
de masas y la creación de un ejercito popular. En este último aspecto, se
encontraba el meollo del problema pues si se deseaba “armar al pueblo”, se debía
asegurar, en alguna parte, el apoyo logístico, y Cuba no lo daría a grupos
separados, sino a condición de que se crease un movimiento de liberación unificado,
es decir, que en sustitución de la CPM, crearan la dirección revolucionaria
unificada (DRU), y dejaran de lado las divergencias. Solo entonces, el gobierno
castrista se comprometería a proporcionar, a través de Nicaragua, la ayuda económica
y logística proveniente del bloque comunista. Marcial tuvo que acceder.
Condicionados de tal manera, el PCS,
que había sido el principal impulsor de la unidad tanto a nivel nacional como
internacional, también tuvo que dejar de lado la lucha electoral y empezar a
organizar sus unidades armadas, algo que jamás había hecho, pues aunque tenia
armas, carecía de línea operativa, lo que obligaba a una readecuación en la
mentalidad y el tipo de lucha. La RN también acepto la propuesta, aunque persistía
en su oposición a que se incorporara el ERP. El 22 de mayo de 1980, como
antecedente de aglutinamiento total, cuatro organizaciones armadas acuerdan
formar la DRU, para coordinar la estrategia y supervisar las actividades
conjuntas.
La DRU cumplía los requisitos
aparentes de unidad de las acciones armadas, pero cada organización insistía en
mantener su propio liderazgo y estrategias que imposibilitaban un trabajo
eficaz. Castro continúo las presiones para una verdadera unión y dirección,
pero esto presentaba otro obstáculo, Ernesto Jovel, jefe militar de la RN, no
aceptaba supeditarse al mando de otras organizaciones político-militares y
mucho menos si se trataba del ERP. Pero para los cubanos, una organización tan
fuerte como esta, no podía quedar fuera de la nueva dirección unificada. En septiembre
de 1980, la extraña muerte de Jovel soluciono el Impasse y el resto de
dirigentes de la RN aceptaron la unificación, la DRU se convertía en el Fmln.
Así nació, el 10 de octubre de 1980,
el Fmln (Frente Farabundo Martí para la liberación nacional) en el que se
integraron en igualdad de condiciones el
Partido Comunista Salvadoreño (PCS), las Fuerzas Armadas de Liberación (FPL),
la Resistencia Nacional (RN) y el Ejercito Revolucionario del Pueblo (FPL), en
el siguiente mes de noviembre se sumo la mas novel de estas facciones
terroristas, el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos
(PRTC). El Fmln no se perfilo como unidad orgánica, sino que de carácter frentista,
donde se plantearon solamente coordinaciones, acuerdos tácticos y operativos,
dado que las facciones integrantes continuaban teniendo sus propias
estructuras. Sin embargo el Fmln adopto una comandancia general integrada por
un representante de cada una de las 5 organizaciones, esquema que
operativamente rigió a la izquierda a lo largo de 12 años de conflicto, sin que
la unificación real llegara nunca a existir.
Para infortunio de los salvadoreños,
con la conformación de la estructura terrorista FMLN-FDR, dio inicio una agresión
abierta contra la institucionalidad del país, y el primer ataque conjunto, que
se conoció poco antes de su ejecución, fue la ofensiva final, llevada a cabo
del 10 al 12 de enero de 1981, donde se recibió de Cuba y Nicaragua el primer
respaldo cuantioso que ofreciera Fidel Castro. Dicho plan no tuvo éxito.
Seria imposible detallar
completamente la frecuencia y la intensidad terrorista ejecutada por el Fmln en
El Salvador, sin embargo quiero en esta oportunidad presentarles en video, la
imagen de la destrucción y muerte a la que este grupo subversivo, sometió a
nuestra patria, en aras de lograr establecer la dictadura del proletariado, sustituyendo
el sistema capitalista por el marxista leninista.
*Videos Tcnel. José Luis Sol