*Así debió ser el rostro de Maximilien
de Robespierre
Ninguno de los retratos de Maximilien
de Robespierre (1758-1794) realizados en vida y menos aún tras su muerte en 1794 muestra
con realismo al hombre que instauró el régimen del Terror durante la Revolución
Francesa, según la reconstrucción facial realizada por el especialista francés
Philippe Froesch con la ayuda del patólogo Philippe Charlier.
El rostro real de Robespierre, con
ojeras y marcas de viruela
“En la iconografía oficial no se ven
las más de cien cicatrices de viruela que tenía su rostro”, señala a ABC
Philippe Froesch, famoso por la reconstrucción facial de Enrique IV. “Robespierre
era un hombre peligroso y se ve que los pintores de la época tomaron sus
precauciones”, añade.
La “instantánea congelada del hombre
en sus últimas horas” realizada por los especialistas de Virtualforensic
muestra el rostro de una persona cansada, con marcadas ojeras y de tez pálida,
picado por la viruela que, según apunta Froesch, padeció probablemente en su
niñez.
Las huellas de la enfermedad quedaron
marcadas en el molde de yeso de Robespierre que realizó justo después de su
decapitación Madame Tussauds, cuando todavía era soltera y se llamaba
Anne-Marie Grosholtz. La copia conservada en el Museo de Historia Natural de
Aix en Provence de esta máscara, cuyo original se exhibe en la Cámara de los
Horrores del museo de cera londinense, ha servido a Froesch para esta
reconstrucción en 3D.
“Madame Tussauds realizó la máscara
del rostro post mortem, tumbado y con los ojos cerrados, tras haber sido
decapitado el 10 de Termidor” del calendario revolucionario (28 de julio de
1794), relata el experto, que explica cómo hubo que corregir la posición de los
ojos para mostrarlos tal y como estarían abiertos en posición vertical.
No se disparó a sí mismo
“En la reconstrucción se puede
observar una depresión en el lado izquierdo del rostro que podría corresponder
al disparo que recibió el día anterior a su ejecución”, añade Froesch, quien
recuerda que Robespierre fue atendido del tiro que le fracturó la mandíbula
para poder ser guillotinado.
Madame Tussauds pudo recomponer en su
molde esta zona del rostro que presentaría una herida abierta por un disparo
realizado a más de dos metros de distancia con una pistola de entre 15 y 20
centímetros de longitud, según el especialista de Virtualforensic. “Hay quien
dice que se disparó a sí mismo cayendo y otros que fue un gendarme con su arma
de servicio. Ésta última parece ser la teoría buena”, indica Froesch, ya que no
hay rastros de pólvora quemada reflejados en el molde de su rostro.
La investigación llevada a cabo por
Froesch y Philippe Charlier ha desvelado además que Robespierre sufrió en vida
de una grave patología de la que informará próximamente y que le hacía sangrar
a menudo de la nariz, le provocaba úlceras en las piernas y la aparición de
granos de pus en el rostro.
La reconstrucción facial de
Robespierre ha servido para comprobar la viabilidad de un test con el que la
empresa, afincada en Terrasa (Barcelona), abordará otras figuras históricas
como Napoleón, Dante, el Marqués de Sade o María Antonieta para una producción
hispanoinglesa cuyo primer episodio podría emitirse en 2014.
“Elegimos a Robespierre por ser una figura
polémica que podía despertar interés y no cabe duda de que lo hemos logrado”,
señala Froesch, que ha recibido críticas en Francia por intentar atentar contra
la imagen del conocido como “El incorruptible”. “Es absurdo. Solo hemos querido
mostrar al hombre, no al político”, subraya.
*ABC