*Histórica foto que muestra a Stauffenberg en Rastenburg el
sábado 15 de julio de 1944 (primero de la izq,) con Hitler (centro) y Keitel
(derecha).
El principal intento de asesinato y golpe de estado hecho por
la resistencia dentro de las fuerzas armadas alemanas en la Segunda Guerra
Mundial fue el realizado por oficiales retirados y en activo el 20 de julio de 1944. Este es un
acontecimiento que amerita una extensa y detallada exposición, lo que haremos
en una entrada posterior, por lo que aquí les presentaremos solamente una
pequeña aproximación al tema en el sexagésimo noveno aniversario del atentado.
Este fue el esfuerzo más importante y casi exitoso llevado para matar a Adolf Hitler y empujar a los
nazis fuera del poder. El objetivo clave de los conspiradores, que comprendía
antinazis dentro de la Wehrmacht, así como un número de oficiales más
oportunistas (que no vacilaban en pasar información
al enemigo, con la consecuente muerte de soldados que combatían por su patria)
era matar a Hitler, hacerse con el poder en un golpe militar, y negociar el fin de la
guerra con los aliados occidentales antes Alemania sufriera una derrota
catastrófica.
No era el primer intento de la resistencia alemana contra Hitler.
Hubo otros varios realizados, uno incluso antes de su llegada al poder (algunas
fuentes citan hasta 42 intentos). Se contemplo un golpe de Estado por altos oficiales de la
Wehrmacht en 1938, incluyendo la discusión acerca de realizar el asesinato de
Hitler. Dichas iniciativas fueron motivadas por la postura muy agresiva de
Hitler hacia los aliados occidentales que llevaron a la Conferencia de Munich
en septiembre de 1938.
El miedo a la guerra contra las democracias occidentales
unió a los primeros conspiradores, pero
Hitler se movió más rápido, depurando y tomando el control personal del Oberkomando
der Werhmacht (OKW o Alto Mando de la Wehrmacht). Otra atentado cercano al éxito
se produjo el 2 de noviembre de 1939, cuando una bomba estallo en la cervecería
Bürgerbräukeller en Munich. En marzo de 1943, una bomba barométrica colocada en
el avión Kondor de Hitler no detonó.
Los
conspiradores a estas alturas tenían que hacer grandes esfuerzos para no ser
detectados. A partir de abril de 1943, la Gestapo y Sicherheitsdienst (SD o
Servicio de Seguridad del Reich) penetraron en la resistencia alemana, haciendo
varios arrestos de antinazis por motivos religiosos y de otro tipo, y
dispersaron a muchos de los asustados miembros de la resistencia dejándolos en el
silencio y la sumisión. A principios de 1944 la resistencia dentro del Abwehr
(inteligencia militar) fue limitada por la destitución del almirante Wilhelm
Canaris (1887-1945) y la absorción de la Abwehr por el SD.
*Estado
de la sala después de la explosión
Sin embargo, la conspiración creció cuando entro en escena el
coronel conde Claus von Stauffenberg
(1907-1944), jefe del Estado Mayor del Ejercito de Reserva, que había sido
gravemente herido en el norte de África en abril de 1943. Mientras Stauffenberg
convalecía llegó a la conclusion de que Hitler debe ser depuesto. Luego de
hacer contacto con otros oficiales que conocía que pertenecían a la resistencia alemana,
Stauffenberg organizó el asesinato e intento de golpe de estado bajo el nombre código
de "Operación Valkiria."
El 20
de julio, él personalmente colocó su maletín con la bomba debajo de la mesa de
madera pesada en el interior de un salón de conferencias en la Wolfsschanze (Guarida del Lobo) en
Rastenburg, Prusia Oriental, muy cerca de Hitler. A Stauffenberg le faltaba un ojo, una mano y
dos dedos de la mano que le quedaba. Con dificultad presionó el detonador
químico de la bomba y salió de la habitación. Una poderosa explosión seguida
mató a varios oficiales de la Wehrmacht y asistentes que se quedaron dentro.
Pero debido a una serie de pequeños eventos fortuitos, la explosión sólo hirió
y sacudió levemente a Hitler, pero no lo mató. Después de que la bomba hubiera
hecho su trabajo, esto era matar al Führer alemán, se habría iniciado la toma
del poder en Berlín, la proclamación de un gobierno militar, y una oferta
inmediata a los gobiernos aliados occidentales para negociar el fin de la guerra en ese frente.
Stauffenberg creía que Hitler estaba muerto y mostró una gran energía en Berlin en el desarrollo del golpe. Pero algunos de los otros conspiradores no
supieron moverse con rapidez, mientras que otros estaban a la espera de los
acontecimientos y así comprometerse de lleno o no en el movimiento. Nazis
leales en Berlín, sobre todo un hombre muy poco dado a la acción, el ministro
de propaganda Josef Goebbels (1897-1945), se aprovechó de la larga demora para
organizar las unidades de las SS y al comandante del regimiento de infantería Großdeutschland, mayor Otto Ernst Remer (1912-1997) que realizaba tareas de protección
en Berlín, y actuar en contra de los
conspiradores. Partidarios de Hitler se movieron con fuerza implacable y
efectiva una vez se recibieron llamadas telefónicas de Hitler desde la
Wolfsschanze y le escucharon en una emisión de radio dejando en claro a todos
que él todavía estaba vivo.
Los acontecimientos del 20 de julio podrían haber ayudado a
que equivocadamente los líderes del Ejército Nacional Polaco juzgaran que el
final del esfuerzo de guerra alemán estaba cerca, y los alentó a realizar el Levantamiento de Varsovia. Su
resultado más importante fue que, después de julio de 1944, no había ninguna
esperanza de que el cuerpo de oficiales alemán actuara para eliminar a Hitler y
su régimen nazi. En cambio, sólo a los generales que creían firmemente en este se les permitió acercarse al Führer o continuar
con un mando activo. Hitler llevo a cabo una terrible venganza de los
involucrados, llevando a cientos de funcionarios y oficiales sospechosos frente
al tribunal del pueblo, que dicto muchas sentencias a muerte con ejecuciones llevadas a cabo por el hacha o la horca y
solo en pocas ocasiones por el pelotón de fusilamiento. Las escenas de estas
ejecuciones fueron grabadas en una película de la que se supone, ninguna copia sobrevivió
al final de la guerra. Los generales Heinz Guderian (1888-1954), Alfred Jodl
(1890-1946) y el mariscal de campo Wilhelm Keitel (1882-1946) presidieron el Tribunal
de Honor, que reviso cada caso de los miembros de la Wehrmacht involucrados en
el golpe.
*Bundesarchive