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domingo, 21 de julio de 2013

A 69 Años del Atentado del 20 de Julio de 1944





*Histórica foto que muestra a Stauffenberg en Rastenburg el sábado 15 de julio de 1944 (primero de la izq,) con Hitler (centro) y Keitel (derecha).








El principal intento de asesinato y golpe de estado hecho por la resistencia dentro de las fuerzas armadas alemanas en la Segunda Guerra Mundial fue el realizado por oficiales retirados y en activo  el 20 de julio de 1944. Este es un acontecimiento que amerita una extensa y detallada exposición, lo que haremos en una entrada posterior, por lo que aquí les presentaremos solamente una pequeña aproximación al tema en el sexagésimo noveno aniversario del atentado.

Este fue el esfuerzo más importante y casi exitoso llevado  para matar a Adolf Hitler y empujar a los nazis fuera del poder. El objetivo clave de los conspiradores, que comprendía antinazis dentro de la Wehrmacht, así como un número de oficiales más oportunistas (que  no vacilaban en pasar información al enemigo, con la consecuente muerte de soldados que combatían por su patria) era matar a Hitler, hacerse con el poder  en un golpe militar, y negociar el fin de la guerra con los aliados occidentales antes Alemania sufriera una derrota catastrófica.

 No era el primer intento de la resistencia alemana contra Hitler. Hubo otros varios realizados, uno incluso antes de su llegada al poder (algunas fuentes citan hasta 42 intentos). Se contemplo  un golpe de Estado por altos oficiales de la Wehrmacht en 1938, incluyendo la discusión acerca de realizar el asesinato de Hitler. Dichas iniciativas fueron motivadas por la postura muy agresiva de Hitler hacia los aliados occidentales que llevaron a la Conferencia de Munich en septiembre de 1938.

El miedo a la guerra contra las democracias occidentales unió  a los primeros conspiradores, pero Hitler se movió más rápido, depurando y tomando el control personal del Oberkomando der Werhmacht (OKW o Alto Mando de la Wehrmacht). Otra atentado cercano al éxito se produjo el 2 de noviembre de 1939, cuando una bomba estallo en la cervecería Bürgerbräukeller en Munich. En marzo de 1943, una bomba barométrica colocada en el avión  Kondor de Hitler no detonó.

Los conspiradores a estas alturas tenían que hacer grandes esfuerzos para no ser detectados. A partir de abril de 1943, la Gestapo y Sicherheitsdienst (SD o Servicio de Seguridad del Reich) penetraron en la resistencia alemana, haciendo varios arrestos de antinazis por motivos religiosos y de otro tipo, y dispersaron a muchos de los asustados  miembros de la resistencia dejándolos en el silencio y la sumisión. A principios de 1944 la resistencia dentro del Abwehr (inteligencia militar) fue limitada por la destitución del almirante Wilhelm Canaris (1887-1945) y la absorción de la Abwehr por el SD.




                                    *Estado de la sala después de la explosión




Sin embargo, la conspiración creció cuando entro en escena el  coronel conde Claus von Stauffenberg (1907-1944), jefe del Estado Mayor del Ejercito de Reserva, que había sido gravemente herido en el norte de África en abril de 1943. Mientras Stauffenberg convalecía llegó a la conclusion de que Hitler debe ser depuesto. Luego de hacer contacto con otros oficiales que conocía que  pertenecían a la resistencia alemana, Stauffenberg organizó el asesinato e intento de golpe de estado bajo el nombre código de  "Operación Valkiria." 

El 20 de julio, él personalmente colocó su maletín con la bomba debajo de la mesa de madera pesada en el interior de un salón de conferencias  en la Wolfsschanze (Guarida del Lobo) en Rastenburg, Prusia Oriental, muy cerca de Hitler.  A Stauffenberg le faltaba un ojo, una mano y dos dedos de la mano que le quedaba. Con dificultad presionó el detonador químico de la bomba y salió de la habitación. Una poderosa explosión seguida mató a varios oficiales de la Wehrmacht y asistentes que se quedaron dentro. Pero debido a una serie de pequeños eventos fortuitos, la explosión sólo hirió y sacudió levemente a Hitler, pero no lo mató. Después de que la bomba hubiera hecho su trabajo, esto era matar al Führer alemán, se habría iniciado la toma del poder en Berlín, la proclamación de un gobierno militar, y una oferta inmediata a los gobiernos aliados occidentales para negociar el fin de la guerra en ese frente. Stauffenberg creía que Hitler estaba muerto y mostró una gran energía en Berlin en el desarrollo del golpe. Pero algunos de los otros conspiradores no supieron moverse con rapidez, mientras que otros estaban a la espera de los acontecimientos y así comprometerse de lleno o no en el movimiento. Nazis leales en Berlín, sobre todo un hombre muy poco dado a la acción, el ministro de propaganda Josef Goebbels (1897-1945), se aprovechó de la larga demora para organizar las unidades de las SS y al comandante del regimiento de infantería  Großdeutschland, mayor Otto Ernst Remer (1912-1997) que realizaba tareas de protección  en Berlín, y actuar en contra de los conspiradores. Partidarios de Hitler se movieron con fuerza implacable y efectiva una vez se recibieron llamadas telefónicas de Hitler desde la Wolfsschanze y le escucharon en una emisión de radio dejando en claro a todos que él todavía estaba vivo.

Los acontecimientos del 20 de julio podrían haber ayudado a que equivocadamente los líderes del Ejército Nacional Polaco juzgaran que el final del esfuerzo de guerra alemán estaba cerca, y los alentó a  realizar el Levantamiento de Varsovia. Su resultado más importante fue que, después de julio de 1944, no había ninguna esperanza de que el cuerpo de oficiales alemán actuara para eliminar a Hitler y su régimen nazi. En cambio, sólo a los generales que creían firmemente en este se  les permitió acercarse al Führer o continuar con un mando activo. Hitler llevo a cabo una terrible venganza de los involucrados, llevando a cientos de funcionarios y oficiales sospechosos frente al tribunal del pueblo, que dicto muchas sentencias a muerte  con ejecuciones  llevadas a cabo por el hacha o la horca y solo en pocas ocasiones por el pelotón de fusilamiento. Las escenas de estas ejecuciones fueron grabadas en una película de la que se supone, ninguna copia sobrevivió al final de la guerra. Los generales Heinz Guderian (1888-1954), Alfred Jodl (1890-1946) y el mariscal de campo Wilhelm Keitel (1882-1946) presidieron el Tribunal de Honor, que reviso cada caso de los miembros de la Wehrmacht involucrados en el golpe. 





*Bundesarchive