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de la derecha, el Ministro de Relaciones Exteriores de El Salvador, Mauricio Borgonovo Pohl.
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EL 19 de Abril de 1977, se conmovió la sociedad Salvadoreña.
A las 7:45 de la mañana de ese día secuestraron al Ingeniero Mauricio Borgonovo
Pohl, quien en ese entonces desempeñaba el cargo de Ministro de Relaciones
Exteriores. Los captores lo sorprendieron en la casa de sus padres, a la cual
penetraron con violencia y al no encontrarlo inmediatamente de entrar, optaron
por secuestrar a su padre que se sabía estaba dedicado de salud; sin embargo ya
para salir de la casa, al ver a quien buscaban, abandonaron al padre ya se
llevaron a Mauricio a punta de pistola.
Con semejante hecho la inseguridad y consecuente pánico se
hicieron sentir en el país más y más. A la fecha ya habían secuestrado a varios
empresarios de cuyos familiares los plagiarios cobraron valiosas sumas de
dinero; pero nunca había sido víctima de tal crimen un ministro del gabinete de
gobierno.
Se adjudico tal abominable acto, con desfachatez y desafío,
las Fuerzas Populares de Liberación Nacional Farabundo Martí--F.P.L. Como
rescate exigían del gobierno de El Salvador la liberación de 37 presos, cuyos
nombres daban a conocer. También demandaban que un avión de la Fuerza Aérea
Salvadoreña les proporcionara la facilidad de viajar a Cuba, México, Costa Rica
o Venezuela, y agregaban la advertencia de que de no cumplí, el Ministro
pagaría con su vida.
Mauricio, provenía en segunda generación de inmigrantes
italianos que se distinguían en el país por su vigor de trabajo y éxito en sus
empresas. Era hijo de don Mauricio
Borgonovo Meardi y Sara Pohl de Borgonovo. Mauricio estudio su escuela primaria
y secundaria en el Colegio Externado San josa de San Salvador, en el cual
obtuvo su título de Bachiller en Ciencias y Letras en el año de 1956. Dicho
centro educativo lo dirigen y administran sacerdotes jesuitas.
Sus estudios universitarios los hizo en el Instituto
Tecnológico de Massachussets, en Boston, y en 1963 se graduó de Ingeniero
Mecánico. Años después contrajo matrimonio con Patricia Baldocchi Dueñas, de
cuyo matrimonio nacieron Mauricio Roberto y María Elena.
El interés de Mauricio por el progreso de El Salvador lo
separo de trabajar en las empresas de su propia familia y se dedico a servir
cargos públicos. Primeramente fue Director de Política Exterior en el
Ministerio de Relaciones Exteriores, de allí pasó a ocupar la Presidencia de la
Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA) y ya en 1972 asumió el cargo de
Ministro de Relaciones Exteriores.
El secuestro de dicho Ministro causo asombro, curiosidad y
consternación. Por transcurrir varios días sin comunicación de parte de las
F.P.L. con la familia ésta sumida en profundo dolor, dio a conocer a los
captores de Mauricio, por medio de publicaciones en diarios locales, que estaba
dispuesta a efectuar cualquier negociación que estuviera a su alcance para
obtener la libertad de Mauricio.
Diariamente aparecieron publicaciones de adhesión y
propuestas por el secuestro de Mauricio. Las F.P.L dieron a conocer públicamente que no aceptarían
dinero en concepto de rescate, se mantenían firmes en su exigencia de pedir al
gobierno la liberación de 37 presos, no obstante la imploración publicada por
la madre de Mauricio y por los niños compañeros de colegio de sus hijos.
La F.P.L. dieron a conocer el buen estado de salud de
Mauricio, publicando en diarios locales su retrato ante un lienzo aparentemente
de color negro, colocado en la pared, mostrando las letras F.P.L. y en una
esquina de dicho lienzo el símbolo comunista de la hoz y el martillo.
Las F.P.L. Reiteran sus Demandas
El 23 de Abril de 1977 en comunicado que publicaron en
diarios locales, dirigido al pueblo Salvadoreño y centroamericano, las F.P.L.
reiteraron al gobierno sus exigencias de que se cumplieran lo que demandaban
proporcionándoles la facilidad de viajar en un avión de la Fuerza Aérea
Salvadoreña. Argumentaban que sus gestiones hacia ese fin habían sido
infructuosas y respecto a la angustia de la familia Borgonovo, pidieron que se
considerara la angustia de los familiares de los preso era, más o menos igual a
la que sufrían los del Ministro Borgonovo. Manifestaban además que el
secuestrado se encontraba bien de salud, con espíritu normal y alojado en una
cárcel muy distinta de aquellas en que estaban los prisioneros políticos por
quienes reclamaban su libertad. Anunciaban que pronto escribiría una nota el
Canciller Borgonovo a su familia.
También señalaban que el gobierno sería el único responsable
de un desenlace negativo, pues de no cumplir con lo que pedían, el Ministro
Borgonovo sería ejecutado como enemigo del pueblo y cómplice de las malas
acciones del mismo gobierno.
Agregaban que se consideraban respaldados por el pueblo
Salvadoreño e informaron que contaban con el apoyo de organizaciones populares
de la América Central y de otras partes del mundo en pro de la liberación de
los presos políticos.
Asimismo advertían que las F.P.L. continuarían con su lucha
revolucionaria a través de la guerra prolongada hasta alcanzar el triunfo de la
Revolución Popular Hacia el socialismo, firmaban: “Comando de las Fuerzas Populares de la Liberación
–F.P.L. Farabundo Martí”
Seguían las peticiones públicas por la liberación de
Mauricio; entre otras personas, aparecieron la de los trabajadores agrícolas de
las propiedades de la familia Borgonovo, del Sindicato de Empresas de
Trabajadores “AGAVE”; un pronunciamiento de empleados y trabajadores de la
C.E.P.A y otra de la promoción de 1956 de la Asociación de Ex alumnos del
Externado San José.
El cuerpo Diplomático acreditado en El Salvador y los
ex-cancilleres de la Republica hicieron gestiones por salvar la vida del ministro.
Su familia hizo nuevas y sentidas invocaciones para obtener su libertad.
Desde el inicio del hecho, el Presidente de la Republica fue
adversario de negociar con los secuestradores bajo la base exigida,
resistiéndose a aceptar presiones internas y del extranjero. La fuerza Armada
se dirigió al pueblo Salvadoreño, manifestándose, entre meditados
razonamientos, “que respaldaba la decisiones que en la presente situación
subversiva tomo el señor Presidente Constitucional y Comandante General de la
Fuerza Armada Coronel Arturo Armando Molina.”
En nuevo comunicado que publicaron las F.P.L. justificaban en
resumen su actuación por defender al país de una tiranía militar servidora de
los “intereses del imperialismo y de la burguesía criolla.”
El Presidente Molina advierte a las F.P.L.
Su mensaje del 29 de abril de 1977, por radio y televisión lo
inicio invocando su actitud de hombre humilde. En esa actitud, dijo que desde
el inicio de su gobierno había solicitado cooperación en busca del bienestar de
todos. Recordó su mensaje inaugural cuando dijo “que no debía confundirse la
acción de escuchar con la de obedecer, porque un gobernante está al servicio de
la totalidad de los ciudadanos y no de sectores, ni mucho menos de grupos e
individuos”.
Recordó que su gobierno estaba por finalizar, en aproximadamente
dos meses, y se satisfacía en reconocer su obra de progreso, pero a partir de
1971, dijo los comunistas se habían lanzado por la vía de la violencia, “en
forma cavernaria de asaltos y mansalva, de extorciones, de asesinatos y otros
actos delictivos.” Responsabilizaba de la subversión en El Salvador al Partido Comunista,
con la mención de las agrupaciones autodenominadas “Fuerzas Populares de
Liberación”, Bloque Popular Revolucionario” y Ejército Revolucionario del
Pueblo” eran culpables del daño que se ocasionaba al progreso nacional.
Señalaba, que obedecían a un propósito único, cual es el de establecer en el
país, mediante la violencia, un estado comunista. Para lograr su objetivo,
dijo, además de los fondos que recibían del exterior, aumentaban su
funcionamiento con millones de colones provenientes de secuestros de
industriales y por añadidura, habían asesinado a 22 guardias nacionales, 23
policías, 2 comandantes locales, un Juez de Paz, un ex Alcalde de Tecoluca y a
obreros del Ministerio de Obras Publicas despedazados con una bomba lanzada
desde un automóvil. Dijo que el total de asesinatos era mayor que los
enumerados, y recordó con tristeza a un estimado funcionario de su gobierno,
Roberto Poma por cuyo rescate esos criminales, que hablaban de negociación,
obtuvieron todo lo que pidieron, inclusive varios millones de colones a cambio
de un cadáver. Además en el acto del secuestro asesinaron a tres de sus
acompañantes.
Hablaba de que sería irresponsabilidad ceder a demandas de
secuestradores, lo que en efecto significaría renunciar a las obligaciones del
gobierno; con esa aceptación se establecería en el pis el sistema de secuestrar
a cualquier funcionario público para obtener la libertad de determinados
delincuentes.
Manifestó la imposibilidad de cumplir con las exigencias de
los secuestradores de Mauricio, porque pedían la libertad de algunos que
estaban siendo procesados en los tribunales comunes o que no eran prisioneros.
Informaba de otros que fueron puestos en libertad antes del secuestro. En lo
que respecta a presos a la orden de los tribunales comunes, El Poder Ejecutivo,
dijo no podía liberarlos sin ofender al Poder Judicial y sin romper el orden
institucional de la Republica.
Termino su mensaje con la siguiente advertencia: “Miembros
del F.P.L. y demás terroristas: en nombre del pueblo y gobierno de la Republica
y de la Fuerza Armada, les aseguro que si llegan a cometer cualquier acción
abominable contra la persona indefensa y noble de Mauricio Alfredo Borgonovo
Pohl, y en cualquier otro caso similar que se presentare, como Presidente de la
Republica y Comandante General de la Fuerza Armada, les prometo solemnemente,
que en su castigo, voy a demostrarles lo que significa en cuanto a la justicia
(la defensa) la decisión y la firmeza.
Día de la Madre, 10 de Mayo de 1977
Ese significativo día asesinaron sin piedad al Ministro de
Relaciones Exteriores, Mauricio Borgonovo Pohl. Así respondieron las F.P.L. a
las sentidas peticiones de su madre, Doña Sara Pohl de Borgonovo, de su padre,
de su esposa e hijitos, de sus hermanos y de toda la sociedad que indignada
clamaba por la libertad de Mauricio, secuestrado violentamente el 19 de abril
de 1977.
El 13 de mayo de 1977, el Presidente de Nicaragua de ese
entonces, Anastasio Somoza Debayle, denunció que la muerte del canciller
Borgonovo fue ordenada por Cuba a través de una clave enviada vía Radio Habana.
Cunde la Macabra Noticia
Alrededor de las 6 de la tarde una patrulla del Cantón Las
Granadillas, a 13 Kilómetros de San Salvador, en una zanja, a la orilla del
camino, encontraron el cadáver de Mauricio, con tres balazos en la cabeza. Ante
tal descubrimiento llegaron a dicho sitio las autoridades respectivas,
trasladando el cadáver a la morgue Judicial de San Salvador. Una Bolsa plástica
cubría la cabeza de la víctima, y de dicha bolsa prendía un cordel que
amarraron alrededor de su cuello. Vestía pantalón azul negro y saco gris a
cuadros. No tenía camisa, ni zapatos, ni calcetines. En la morgue tristemente
reconoció el cadáver su hermano Carlos.
Con lo sucedido se escribió en el país una página más de
sangriento y vergonzoso crimen. Por semejante crueldad hubo consternación en
todo El Salvador y muchas partes de exterior. El Gobierno de la Republica
decretó tres días de duelo nacional, a partir del 11 de Mayo de 1977, debiendo
permanecer a media asta el pabellón nacional en todos los edificios públicos.
En Washington la Organización de Estados Americanos celebro una sesión
extraordinaria en homenaje a la memoria del Canciller Salvadoreño.
Mientras tanto las F.P.L. cínicamente se responsabilizan del
asesinato de Mauricio por no haber cumplido el Gobierno con sus demandas. La
solemnidad de sus funerales en la cripta de la iglesia de San José de la
Montaña sustituyo a los actos oficiales de su cargo de Ministro de Relaciones
Exteriores y un luto ensangrentado avergonzó a todo el país.
*La Prensa Grafica