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sábado, 24 de agosto de 2013

Crimenes Comunistas en El Salvador: Secuestro y Asesinato del Canciller Mauricio Borgonovo Pohl




*Primero de la derecha, el Ministro de Relaciones Exteriores de El Salvador,  Mauricio Borgonovo Pohl.


EL 19 de Abril de 1977, se conmovió la sociedad Salvadoreña. A las 7:45 de la mañana de ese día secuestraron al Ingeniero Mauricio Borgonovo Pohl, quien en ese entonces desempeñaba el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores. Los captores lo sorprendieron en la casa de sus padres, a la cual penetraron con violencia y al no encontrarlo inmediatamente de entrar, optaron por secuestrar a su padre que se sabía estaba dedicado de salud; sin embargo ya para salir de la casa, al ver a quien buscaban, abandonaron al padre ya se llevaron a Mauricio a punta de pistola.

Con semejante hecho la inseguridad y consecuente pánico se hicieron sentir en el país más y más. A la fecha ya habían secuestrado a varios empresarios de cuyos familiares los plagiarios cobraron valiosas sumas de dinero; pero nunca había sido víctima de tal crimen un ministro del gabinete de gobierno.

Se adjudico tal abominable acto, con desfachatez y desafío, las Fuerzas Populares de Liberación Nacional Farabundo Martí--F.P.L. Como rescate exigían del gobierno de El Salvador la liberación de 37 presos, cuyos nombres daban a conocer. También demandaban que un avión de la Fuerza Aérea Salvadoreña les proporcionara la facilidad de viajar a Cuba, México, Costa Rica o Venezuela, y agregaban la advertencia de que de no cumplí, el Ministro pagaría con su vida.

Mauricio, provenía en segunda generación de inmigrantes italianos que se distinguían en el país por su vigor de trabajo y éxito en sus empresas. Era hijo de  don Mauricio Borgonovo Meardi y Sara Pohl de Borgonovo. Mauricio estudio su escuela primaria y secundaria en el Colegio Externado San josa de San Salvador, en el cual obtuvo su título de Bachiller en Ciencias y Letras en el año de 1956. Dicho centro educativo lo dirigen y administran sacerdotes jesuitas.
 
Sus estudios universitarios los hizo en el Instituto Tecnológico de Massachussets, en Boston, y en 1963 se graduó de Ingeniero Mecánico. Años después contrajo matrimonio con Patricia Baldocchi Dueñas, de cuyo matrimonio nacieron Mauricio Roberto y María Elena.

El interés de Mauricio por el progreso de El Salvador lo separo de trabajar en las empresas de su propia familia y se dedico a servir cargos públicos. Primeramente fue Director de Política Exterior en el Ministerio de Relaciones Exteriores, de allí pasó a ocupar la Presidencia de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA) y ya en 1972 asumió el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores.

El secuestro de dicho Ministro causo asombro, curiosidad y consternación. Por transcurrir varios días sin comunicación de parte de las F.P.L. con la familia ésta sumida en profundo dolor, dio a conocer a los captores de Mauricio, por medio de publicaciones en diarios locales, que estaba dispuesta a efectuar cualquier negociación que estuviera a su alcance para obtener la libertad de Mauricio.

Diariamente aparecieron publicaciones de adhesión y propuestas por el secuestro de Mauricio. Las F.P.L dieron a conocer públicamente que no aceptarían dinero en concepto de rescate, se mantenían firmes en su exigencia de pedir al gobierno la liberación de 37 presos, no obstante la imploración publicada por la madre de Mauricio y por los niños compañeros de colegio de sus hijos.
 
La F.P.L. dieron a conocer el buen estado de salud de Mauricio, publicando en diarios locales su retrato ante un lienzo aparentemente de color negro, colocado en la pared, mostrando las letras F.P.L. y en una esquina de dicho lienzo el símbolo comunista de la hoz y el martillo.



Las F.P.L. Reiteran sus Demandas


El 23 de Abril de 1977 en comunicado que publicaron en diarios locales, dirigido al pueblo Salvadoreño y centroamericano, las F.P.L. reiteraron al gobierno sus exigencias de que se cumplieran lo que demandaban proporcionándoles la facilidad de viajar en un avión de la Fuerza Aérea Salvadoreña. Argumentaban que sus gestiones hacia ese fin habían sido infructuosas y respecto a la angustia de la familia Borgonovo, pidieron que se considerara la angustia de los familiares de los preso era, más o menos igual a la que sufrían los del Ministro Borgonovo. Manifestaban además que el secuestrado se encontraba bien de salud, con espíritu normal y alojado en una cárcel muy distinta de aquellas en que estaban los prisioneros políticos por quienes reclamaban su libertad. Anunciaban que pronto escribiría una nota el Canciller Borgonovo a su familia.

También señalaban que el gobierno sería el único responsable de un desenlace negativo, pues de no cumplir con lo que pedían, el Ministro Borgonovo sería ejecutado como enemigo del pueblo y cómplice de las malas acciones del mismo gobierno.

Agregaban que se consideraban respaldados por el pueblo Salvadoreño e informaron que contaban con el apoyo de organizaciones populares de la América Central y de otras partes del mundo en pro de la liberación de los presos políticos.

Asimismo advertían que las F.P.L. continuarían con su lucha revolucionaria a través de la guerra prolongada hasta alcanzar el triunfo de la Revolución Popular Hacia el socialismo, firmaban: “Comando de las Fuerzas Populares de la Liberación –F.P.L. Farabundo Martí”
 
Seguían las peticiones públicas por la liberación de Mauricio; entre otras personas, aparecieron la de los trabajadores agrícolas de las propiedades de la familia Borgonovo, del Sindicato de Empresas de Trabajadores “AGAVE”; un pronunciamiento de empleados y trabajadores de la C.E.P.A y otra de la promoción de 1956 de la Asociación de Ex alumnos del Externado San José.
El cuerpo Diplomático acreditado en El Salvador y los ex-cancilleres de la Republica hicieron gestiones por salvar la vida del ministro. Su familia hizo nuevas y sentidas invocaciones para obtener su libertad.

Desde el inicio del hecho, el Presidente de la Republica fue adversario de negociar con los secuestradores bajo la base exigida, resistiéndose a aceptar presiones internas y del extranjero. La fuerza Armada se dirigió al pueblo Salvadoreño, manifestándose, entre meditados razonamientos, “que respaldaba la decisiones que en la presente situación subversiva tomo el señor Presidente Constitucional y Comandante General de la Fuerza Armada Coronel Arturo Armando Molina.”

En nuevo comunicado que publicaron las F.P.L. justificaban en resumen su actuación por defender al país de una tiranía militar servidora de los “intereses del imperialismo y de la burguesía criolla.”


El Presidente Molina advierte a las F.P.L.


Su mensaje del 29 de abril de 1977, por radio y televisión lo inicio invocando su actitud de hombre humilde. En esa actitud, dijo que desde el inicio de su gobierno había solicitado cooperación en busca del bienestar de todos. Recordó su mensaje inaugural cuando dijo “que no debía confundirse la acción de escuchar con la de obedecer, porque un gobernante está al servicio de la totalidad de los ciudadanos y no de sectores, ni mucho menos de grupos e individuos”. 

Recordó que su gobierno estaba por finalizar, en aproximadamente dos meses, y se satisfacía en reconocer su obra de progreso, pero a partir de 1971, dijo los comunistas se habían lanzado por la vía de la violencia, “en forma cavernaria de asaltos y mansalva, de extorciones, de asesinatos y otros actos delictivos.” Responsabilizaba de la subversión en El Salvador al Partido Comunista, con la mención de las agrupaciones autodenominadas “Fuerzas Populares de Liberación”, Bloque Popular Revolucionario” y Ejército Revolucionario del Pueblo” eran culpables del daño que se ocasionaba al progreso nacional. Señalaba, que obedecían a un propósito único, cual es el de establecer en el país, mediante la violencia, un estado comunista. Para lograr su objetivo, dijo, además de los fondos que recibían del exterior, aumentaban su funcionamiento con millones de colones provenientes de secuestros de industriales y por añadidura, habían asesinado a 22 guardias nacionales, 23 policías, 2 comandantes locales, un Juez de Paz, un ex Alcalde de Tecoluca y a obreros del Ministerio de Obras Publicas despedazados con una bomba lanzada desde un automóvil. Dijo que el total de asesinatos era mayor que los enumerados, y recordó con tristeza a un estimado funcionario de su gobierno, Roberto Poma por cuyo rescate esos criminales, que hablaban de negociación, obtuvieron todo lo que pidieron, inclusive varios millones de colones a cambio de un cadáver. Además en el acto del secuestro asesinaron a tres de sus acompañantes.

Hablaba de que sería irresponsabilidad ceder a demandas de secuestradores, lo que en efecto significaría renunciar a las obligaciones del gobierno; con esa aceptación se establecería en el pis el sistema de secuestrar a cualquier funcionario público para obtener la libertad de determinados delincuentes.

Manifestó la imposibilidad de cumplir con las exigencias de los secuestradores de Mauricio, porque pedían la libertad de algunos que estaban siendo procesados en los tribunales comunes o que no eran prisioneros. Informaba de otros que fueron puestos en libertad antes del secuestro. En lo que respecta a presos a la orden de los tribunales comunes, El Poder Ejecutivo, dijo no podía liberarlos sin ofender al Poder Judicial y sin romper el orden institucional de la Republica.

Termino su mensaje con la siguiente advertencia: “Miembros del F.P.L. y demás terroristas: en nombre del pueblo y gobierno de la Republica y de la Fuerza Armada, les aseguro que si llegan a cometer cualquier acción abominable contra la persona indefensa y noble de Mauricio Alfredo Borgonovo Pohl, y en cualquier otro caso similar que se presentare, como Presidente de la Republica y Comandante General de la Fuerza Armada, les prometo solemnemente, que en su castigo, voy a demostrarles lo que significa en cuanto a la justicia (la defensa) la decisión y la firmeza.


Día de la Madre, 10 de Mayo de 1977


Ese significativo día asesinaron sin piedad al Ministro de Relaciones Exteriores, Mauricio Borgonovo Pohl. Así respondieron las F.P.L. a las sentidas peticiones de su madre, Doña Sara Pohl de Borgonovo, de su padre, de su esposa e hijitos, de sus hermanos y de toda la sociedad que indignada clamaba por la libertad de Mauricio, secuestrado violentamente el 19 de abril de 1977.

El 13 de mayo de 1977, el Presidente de Nicaragua de ese entonces, Anastasio Somoza Debayle, denunció que la muerte del canciller Borgonovo fue ordenada por Cuba a través de una clave enviada vía Radio Habana.


Cunde la Macabra Noticia


Alrededor de las 6 de la tarde una patrulla del Cantón Las Granadillas, a 13 Kilómetros de San Salvador, en una zanja, a la orilla del camino, encontraron el cadáver de Mauricio, con tres balazos en la cabeza. Ante tal descubrimiento llegaron a dicho sitio las autoridades respectivas, trasladando el cadáver a la morgue Judicial de San Salvador. Una Bolsa plástica cubría la cabeza de la víctima, y de dicha bolsa prendía un cordel que amarraron alrededor de su cuello. Vestía pantalón azul negro y saco gris a cuadros. No tenía camisa, ni zapatos, ni calcetines. En la morgue tristemente reconoció el cadáver su hermano Carlos.

Con lo sucedido se escribió en el país una página más de sangriento y vergonzoso crimen. Por semejante crueldad hubo consternación en todo El Salvador y muchas partes de exterior. El Gobierno de la Republica decretó tres días de duelo nacional, a partir del 11 de Mayo de 1977, debiendo permanecer a media asta el pabellón nacional en todos los edificios públicos. En Washington la Organización de Estados Americanos celebro una sesión extraordinaria en homenaje a la memoria del Canciller Salvadoreño.

Mientras tanto las F.P.L. cínicamente se responsabilizan del asesinato de Mauricio por no haber cumplido el Gobierno con sus demandas. La solemnidad de sus funerales en la cripta de la iglesia de San José de la Montaña sustituyo a los actos oficiales de su cargo de Ministro de Relaciones Exteriores y un luto ensangrentado avergonzó a todo el país.









*La Prensa Grafica