Andrea Palladio
Arquitecto entre el Renacimiento y el Barroco
* Antiguo retrato de Andrea Palladio (1576). Este es probablemente el más preciso de todos, los otros retratos de Palladio son en su mayoría hipotéticos.
No existe en la historia del arte occidental un arquitecto de tan perenne influencia a través de los siglos como Andrea Palladio. El llamado “palladianismo” sobrepasa todas las fronteras estéticas impuestas por la época e irrumpe no sólo en el ámbito geográfico de los países mediterráneos, sino también, y con la misma intensidad, en Alemania, Holanda, Escandinavia y los países del este europeo, constituyendo además el germen de la arquitectura inglesa de los siglos XVII y XVIII.
Y aunque la obra de Palladio se concentra exclusivamente en la arquitectura “pura”, las ideas creadas por él han influido en otros campos de la creación, como es el caso del mueble inglés del siglo XIX. Una influencia tan notable, que por encima de la época convierte la obra de un sólo artista en un concepto estético propio, tiene necesariamente que remitirse a la creación de normas y modelos cuya trascendencia va más allá de la obra aislada.
En ese sentido, se tiende a ver en Palladio al primer “clasicista” de la arquitectura de la Edad Moderna, un maestro que no sólo supo darle actualidad al arte arquitectónico de la Antigüedad, sino que también intentó imitarlo y dotarlo de una validez general e intemporal. El mismo Palladio contribuyó en gran medida a esta valoración póstuma. En 1554 publica su obra La Antigüedad de Roma, fruto de su primer viaje a la ciudad eterna, en la que hace una especie de inventario de los monumentos romanos conservados o redescubiertos en el siglo XVI. Y en el prólogo de sus Cuatro libros de arquitectura, editados en 1570, rinde pleitesía a su venerado Vitrubio, ya que “los romanos. . . no han sido superados en las construcciones posteriores a ellos”. Pero el horizonte en el que la obra de Palladio debe situarse, sobrepasa cualquier simplificación.
Así lo reconoció Goethe, cuando el 30 de diciembre de 1795 escribió a su amigo y consejero Heinrich Meyer: “Cuanto más se estudia a Palladio, más inconcebible resulta el genio y maestría de este hombre, su fecundidad, su versatilidad y gracia inigualables”. En 1780, con motivo del segundo centenario de la muerte de Palladio, se prodigaron los calificativos para el arquitecto, “clasicista por excelencia” y para su obra: Palladio fue aquel que, influido por los círculos humanistas del norte de Italia, intentó llevar a la realidad la imagen ideal de una nueva Arcadia; aquel que, al servicio de señores feudales, se propuso reflejar, en sus casas y palacios principios de gobierno considerados indiscutibles: aquel que, por encima de su connotación clasicista, ha sido un típico representante del llamado Manierismo, en su riguroso sentido histórico-estético.
Sabiendo además que la obra de Palladio está basada en el arte arquitectónico de la Antigüedad romana, habría que cuestionarse también qué ha tomado Palladio de la Antigüedad y cómo lo ha asumido en su propia concepción artística, aplicándolo a cada obra concreta y a cada grado de su evolución personal.
Palladio, cuyo verdadero nombre era Andrea di Piero, nace en Padua el 8 de noviembre de 1508. A los trece años, su padre, molinero de profesión, suscribe para su hijo un contrato de aprendizaje por seis años con el arquitecto y maestro cantero Bartolomeo Cavazza da Sossano. Los detalles de la formación de Palladio nos son desconocidos. En abril de 1523, Andrea abandona el taller de Cavazza y se dirige a Vicenza, pero las condiciones del contrato de aprendizaje le obligan a retornar. Un año más tarde, se le autoriza a entrar en la hermandad de albañiles y picapedreros de Vicenza, siendo admitido además en el taller de Giovanni di Giacomo da Porlezza, en Pedemuro. Por el momento, nada permite vaticinar una carrera más allá de los trabajos artesanales. Parece que en 1530 quiso abrir su propio taller, tentativa que no prosperó. En 1534, vemos a Andrea, ya como oficial, en el taller de Pedemuro.
Palladio menciona, como hemos dicho antes, su dedicación al estudio del arte arquitectónico ya desde sus primeros años, lo cual encuentra su confirmación en los éxitos posteriores. Por otra parte, su prolongada actividad como cantero podría haber perfilado su sensibilidad para la perfección y el acabado del detalle. El 19 de febrero de 1538 tiene lugar su primer encuentro en Vicenza con el conde Giangiorgio Trissino (1478-1550), escritor prolífico y altamente considerado en los círculos humanistas. Las relaciones personales del joven tallista (que el 26 de agosto de 1540 recibe la calificación profesional de arquitecto) con el aristócrata vicentino nos son desconocidas.
Parece ser que Andrea tuvo acceso a los destacados círculos de Vicenza a través de Trissino, y que éste propició su amplia formación en la arquitectura de la época y romana. Es posible que en 1541 haya emprendido, en compañía de su protector, un viaje a Roma, al que seguiría otro, de estancia más prolongada, entre el otoño de 1545 y los primeros meses de 1546. A Trissino se le debe también el pseudónimo de Palladio que recibió el arquitecto en 1545, derivado de Palas Atenea, diosa protectora de las artes.
Durante una estancia en Roma entre 1546-47, estudia Palladio también en Tívoli, Palestrina y Albano. La esperanza de poder trabajar en el taller de constructores de San Pedro, en Roma, se viene abajo con la muerte del papa Pablo III. Fruto de sus viajes a Roma es la obra “L'Antichitá di Roma” de 1554.
En los años cuarenta comienza la actividad comprobada de Palladio como arquitecto. Tras la construcción de varias casas señoriales en Vicenza y la importante adjudicación del palacio Thiene en esa misma ciudad, el 11 de abril 1549 es nombrado arquitecto mayor de la llamada Basílica, encargándose de las loggias del Palazzo della Ragione, lo que constituye el primer éxito de su carrera. Palladio puede parangonarse ya con los más altos nombres de la arquitectura del norte de Italia, como Jacopo Sansovino (1486-1570) y Michele Sanmicheli (1484-1559), a quienes pronto superará en significado histórico.
La fama de Palladio se extiende. En 1550 traba amistad con el patricio veneciano Daniele Barbaro (1514 – 1570), que le procura el acceso a círculos aristocráticos de Venecia. Viaja en 1552 a Trento, por invitación del príncipe cardenal Christoforo Madruzzi (1512-1578), promotor en 1545 del Concilio de Trento. El viaje se prolonga con una estancia en Innsbruck. Palladio no es un genio precoz. Su madurez técnica e intelectual le llega a los cincuenta años. Es un hombre de sólida formación artesanal, bien empapado de arquitectura histórica, que se interesa vivamente por el humanismo y que puede desplegar su fantasía en todas direcciones.
En los años cincuenta construye lujosas residencias para los vicentinos, pero también para la aristocracia veneciana. Las villas del Véneto son, dicho sea sin excesivo rigor, sinónimo de la obra de Palladio. Además de él y sus sucesores, otros muchos arquitectos están representados ahí.
Pero la construcción de villas es tan sólo una nueva vertiente de la obra de Palladio. A partir de los años sesenta del siglo XVI, hay que añadir otros palacios y fachadas representativas, sobre todo en Vicenza. La República de Venecia, ajena por completo al estilo clásico de Palladio en la concepción de fachadas de palacios, le ofrece sin embargo importantes encargos en arquitectura religiosa.
A la construcción del claustro de Santa Maria della Caritá y el refectorio del convento San Giorgio Maggiore, entre 1560 y 1562, siguen el diseño de la fachada de San Francesco della Vigna, en 1562, y tres años después la colocación de la primera piedra de la iglesia de San Giorgio Maggiore, para culminar en 1576 con el santuario de II Redentore (obras éstas comparables en significado histórico a las construcciones profanas). La reputación de Palladio entre sus contemporáneos aumenta sin cesar. Lo vemos en Vicenza en 1556, como socio fundador de la “Academia Olímpica”. Invitado por el duque Emanuele Filiberto de Saboya (1528-1580), visita Turín en 1566, desplazándose desde allí a la Provenza.
En ese mismo año es nombrado miembro de la florentina “Accademia del Disegno”. Dos años después, el exceso de trabajo le obliga a rehusar una invitación de la corte vienesa. Por último, en 1570 sucede a Sansovino como arquitecto consejero en Venecia. En sus dos últimos decenios de vida, Palladio despliega una singular riqueza de soluciones artísticas y posibilidades expresivas, la maestría adquirida a lo largo de su vida le permite una superación constante en su derrotero artístico.
En vez de parafrasear sus propios logros, busca nuevas formas artísticas en cada nueva construcción, sin descuidar los condicionamientos geográficos y urbanísticos de sus obras, ni la función y presentación visual de las mismas. Puede suponerse asimismo que su reputación le confiere amplias libertades frente a los propietarios. En su último año de vida, Palladio puede realizar dos proyectos cuya idea y diseño le bullían en la cabeza desde años atrás: la Sociedad Olímpica de Vicenza le adjudica la planificación del “Teatro Olímpico”, mientras su viejo amigo y protector Marcanton Barbaro (1518–1595) le encarga la construcción de una capilla familiar en forma de edificio central en la Villa Barbaro, en Maser. La muerte, ocurrida el 19 de agosto de 1580, le sorprende en Vicenza o tal vez en Maser, durante la inspección de los trabajos del Tempietto.
Sobre la personalidad de Palladio sabemos poco acaso demasiado poco para una época en la que se prodigaban las vidas y anécdotas de artistas. Falta incluso un retrato auténtico de Palladio. De su vida familiar informan prosaicos documentos: el 14 de abril de 1534 se valora la dote de su esposa Allegradonna, hija de un carpintero. Del matrimonio nacieron cuatro hijos (Leonida, Marcantonio, Orazio, Silla y una hija, Zenobia). La muerte casi simultánea de Leonida y Orazio, a comienzos de 1572, parece que afectó profundamente a su padre.
En su trato con clientes y obreros, Palladio fue, según parece, un hombre cordial, atento y diplomático. Su sólida formación en el taller de Pedemuro la transmitió a los pupilos de su taller, según informes de la época, procurando hacerlos partícipes del interés hacia las obras a él encomendadas. El carácter y la biografía de Palladio no nos dan la clave para conocer su personalidad. Por eso se libra desde un principio de falsos atributos, derivados de interpretaciones cambiantes de los fenómenos artísticos y del temperamento personal, aspectos éstos que han propiciado estudios disparatados sobre otros destacados artistas del siglo XVI. Con la mirada en el pasado, Palladio, el hombre, parece tan imparcial como cada una de sus obras.
Esta guía no pretende ser absoluta de la vastísima obra de Palladio, y presentamos solo la labor tradicionalmente reconocida como suya. Existen otras edificaciones que son atribuidas a su autoría y muchos proyectos que quedaron en papel, sin llegar a construirse o inconclusos, así como estructuras diferentes como puentes, portales, teatros de madera, etc.
Por cuestión de espacio, no podremos mostrar con todo detalle los exquisitos interiores realizados por Palladio en sus edificaciones, lo que haremos en entradas posteriores.
*Villa Godi
(1542)
*Villa Piovene
(1540)
*Villa
Forni-Cerato (1540)
*Villa Gazotti
(1534)
*Villa Pizani
(Vicenza, 1542)
*Palazzo y Villa
Thiene (1542)
*Villa Saraceno
(1545)
*Villa Poiana
(1549)
*Palazzo della
Ragione (Basilica Palladiana, 1549)
*Palazzo Iseppo
Porto (1550)
*Palazzo
Chiericati (1551)
*Palazzo
Antonini (1556)
*Villa Cornaro (1553)
*Villa Pisani
(Montagnana, 1553)
*Villa
Chiericati (1557)
*Villa Badoer
(1557)
*Villa Barbaro
(1558)
*Villa Foscari
(1560)
*Santa Maria
della Caritá (1561)
*San Giorgio
Maggiore (1568)
*Il Redentore
(1577)
*Villa Emo
(1555)
*Palazzo
Valmarana (1565)
*Palazzo Schio
(1565)
*La Rotonda
(1550)
*Villa Sarego
(1560)
*San Francesco
della Vigna (1570)
*Palazzo
Barbarano (1570)
*Loggia del
Capitaniato ( 1571)
*Palazzo Porto
Breganze (1575)
*Le Zitelle
(1580)
*Teatro Olímpico (1580)
*Tempietto
Barbaro (1580)
*Wikipedia